The Queen Droplet y Los Nopaleros
The language of the earth sits heavy on my tongue, my mind tries to forget, to forget the past, my body remembers with reverence.
The late November frost collects on the strips of grass each bauble of water an infinitesimal universe of life. At the time, the grass leaf pointed upwards towards the open air, towards the enveloping smile of the sun. On it sits a droplet. The queen droplet, large and commanding she causes the grass leaf to dip elegantly. Under its curvature sits stone broken up into fragments. I’ve collected a droplet with the tip of my pen and placed it on the page to hold onto its world, amass it into my words, give it life that cannot be given without an ounce of sacrifice. Water is precious here. In the morning my shower took time to warm up and so I placed a bucket below it to collect the run off. When something is precious you cherish it, you make sure not to waste a second of its intellect. There is an issue for me about writing of the earth in my chosen language, English. There is a strange betrayal in it as thought the language that has done so much harm to the land, has engendered so much defacement, could not wax eloquent about its qualities. It does not recognize it enough. This is when Spanish feels more appropriate but despite having learned it first I am not as masterful with it. I drive a plow into the earth with my tongue and it does not pierce through.
Uno solo puede probar, a lo mejor con un lenguaje limitado o mas primitivo podré entender el mundo de una forma diferente, fuera de los ejercicios mentales e académicos. No hay necesidad de usar palabras con architecture facial, con expectaciones en su entonación. A lo mejor por eso mismo se siente incorrecto contar en Ingles estos detalles de esta tierra tocada por la mano de Dios, que en mi entendimiento es el universo en si. Los materiales que constituyen este terreno nos constituyen a nosotros mismos. El sol rompe el cerro entre dos parte con reyes iluminadas con el físico de la vida misma. El zumbido de dos avispas tambaleando alrededor de una flor pequeña, humilde, me comprime. Aquí la tierra tiene solo esculturas pequeñas, se pelean por lo poco que hay. La tierra no es simplemente la construcción de redes llenas de amor o amabilidad sino la destrucción, el ritual asociado con la vida que siempre incluye la muerte. Esto también se encuentra aquí, debajo de el barro que se parte como lineas en el mapa trazando nuestra conectividad con todo. Me pongo a pensar en el abismo, aquí no es, ni en parte se encuentra, existe entonces como una ficción de tal grado que tengo que buscar muy dentro de mi misma para verlo. Que sera el abismo, como se presentara? Cuando sabremos que lo hemos encontrado? Me pongo a pensar en las historias de mi mama, como siempre nos decía que éramos descendientes de Europeos de príncipes y princesas. Cuando era niña los creería, pensaba que éramos, porque de pequeño uno escucha las historias que te pertenecen. Cada ves que me pasaba algo malo de niña, por que en ese entonces siempre me salía algo o pasaba algo porque quería olvidar las condiciones en las cuales me presentaba. Pero no fue hasta salir por la puerta de niñez y vivir afuera de la casa de mis padres, que me encontré dentro de mi misma la verdad — que no éramos nada especial. No podríamos ser lo. El mundo contiene multitudes, la idea que uno habiendo sido fugitivo de las condiciones políticas y económicas de Venezuela y también en parte de Mexico, éramos algo mas de lo normal se me hacia extraño. Nosotros, en nuestra casita azul en West Valley que esta afuera de Salt Lake City, en el estado de Utah, éramos nada mas y nada menos que una familia de nopaleros. Pero a diferencia de los sentimientos de mi madre, esto no es algo malo. De hecho me e dado cuenta a lo contrario, esto es lo que me da alivio, el saber que no somos nadie en particular. Pero aun así me encuentro en Velez Blanco en una casa sobre el monte con gente que tiene mas dinero y prospectivas que yo e tendido en toda mi vida. Mi familia es espectacular por el simple hecho que mantenemos el camino a un paso no hecho para nosotros. Que entendemos la tierra en una forma colectiva. Una familia de aves cruza el cielo sobre mi cabeza sus alas abiertas….
…gliding, gliding across the skyline. I wish I could finish this in a language closer to land, one that tastes the soil and recognizes its impartiality but my memory escapes me and the queen droplet on the long stem of grass slides onto the ground with resolute finality.